La agresividad en las personas con alzhéimer
Para prevenir la agresividad en las personas con Alzheimer, os facilitamos algunas recomendaciones:
- Mantener un ambiente tranquilo y seguro.
- Evitar situaciones que puedan causar estrés o ansiedad.
- Identificar los desencadenantes de la agresividad y evitarlos en la medida de lo posible.
- Utilizar técnicas de comunicación efectiva para reducir la frustración y la ansiedad del paciente.
- Proporcionar actividades que sean significativas y agradables para el paciente.
- Proporcionar un ambiente estructurado y predecible.
- Proporcionar una rutina diaria consistente.
Si el episodio episodio de agresividad ya se ha presentado, lo mejor que podemos hacer es:
- Mantener la calma y no discutir con el paciente.
- No tomar la agresividad del paciente como algo personal.
- Identificar los desencadenantes de la agresividad y evitarlos en la medida de lo posible.
- Utilizar técnicas de comunicación efectiva para reducir la frustración y la ansiedad del paciente.
- Proporcionar actividades que sean significativas y agradables para el paciente.
- Proporcionar un ambiente estructurado y predecible.
- Proporcionar una rutina diaria consistente.
También pueden funcionar estas pautas:
- No insistir e intentarlo en otro momento: Si la persona enferma se pone nerviosa y adopta una actitud agresiva, es mejor no insistir y tratar de hacerlo en otro momento.
- Disculparse, en lugar de discutir: Puede parecer raro que debamos disculparnos si no hemos hecho nada malo, pero esto puede ayudar a calmarle.
- Intentar distraerle: Es importante mantener la calma e intentar distraerle hablándole de cosas que le gusten o que le resulten interesantes.
- Procurar que descanse: Si hay cansancio o estrés, es más probable que aparezca la agresividad. Por lo tanto, es importante procurar que descanse lo suficiente.
- Pedir ayuda: Si la persona se pone muy agresiva y no podemos controlarle, es importante pedir ayuda a un profesional.